viernes, 6 de agosto de 2010

16 La INCERTIDUMBRE de la Ciencia







La historia del desarrollo de las ciencias naturales, entretejida por un encadenamiento de sorpresas, muestra cómo el tiempo ha ido derrumbando las antiguas ideas cientificas redescubriendo otras nuevas. Antiguamente, junto al antiquisimo dogma de la indestructibilidad del átomo, la Ciencia tenia la convicción absoluta de que todos los fenómenos naturales podian describirse dentro de un determinado marco geométrico. La imagen cientifica del Universo se asentaba en el convencimiento absoluto de la continuidad y regularidad de los fenómenos naturales y el axioma vigente era "Natura non facit saltus" (la Naturaleza no da saltos). Pero a partir de 1918, este convencimiento naufragó al comprobarse la discontinuidad de los flujos energéticos.

Se descubrió que las ondas de energia no emanan en flujo continuo sino, semejante a los proyectiles de una metralleta, en forma de infinitesimales unidades indivisibles llamadas quantos, que debido a que el Universo no es otra cosa que un conjunto de diferentes tipos y calidades de energia, pasaron a constituirse en los misteriosos reguladores de todos los fenómenos fisicos puesto que son ellos los que permiten accionar a la energia. La calidad de "acción" del quanto, fue una de las mas imprevistas sorpresas ofrecidas a la Humanidad por la fisica moderna. ¿Cómo es posible que una acción, inmaterial por naturaleza, sea la que regule y computarice la totalidad de los acontecimientos materiales?

Por otro lado Einstein se encargaba, en esa misma época, de destruir el dogma cientifico que aseguraba que el tiempo y el espacio eran entidades independientes, inmutables y absolutas. Su Teoria de la Relatividad reveló que la velocidad de la luz es lo único inmutable y absoluto del Universo, y que el espacio y el tiempo son cambiantes y dependientes el uno del otro, demostrando matemáticamente que para los objetos que viajan a velocidades cercanas a la de la luz, a la par que el espacio se contrae el tiempo se dilata, hasta detenerse cuando el objeto en movimiento alcanza la velocidad de 300.000 km. por segundo (velocidad de la luz). La idea de independencia y absolutez en el Universo visible ya no fué más y hoy nadie duda de que todo en nuestro mundo es dependiente y relativo. Tambien demostró Einstein matemáticamente que la materia no es otra cosa que energia aglutinada por poderosisimas fuerzas, que al desintegrarse libera enorme potencial e infernal calor, como se comprobó, dramáticamente, con el estallido de las bornbas atómicas que destruyeron Hiroshima y Nagasaky durante la segunda guerra mundial.


Otro sacudón al determinismo en boga en ese entonces, fué el desmoronamiento del dogma cientifico, que prevaleció hasta mediados del siglo pasado, que aseguraba que las leyes de la Fisica eran simétricas, o sea, que actuaban siempre del mismo modo en todo tipo sistemas y eventos. Que actuaban indistintamente en particulas y antiparticulas (SIMETRÍA C); en particulas girando hacia la derecha como en particulas girando hacia la izquierda (SIMETRÍA P); y que en sistemas con tiempo invertido también actuarian igual (SIMETRÍA T). Pero en 1956, los fisicos Lee, Yang y Wu, comprobaron teórica y experimentalmente que la Simetría C era una mera ilusion al verificar que la fuerza nuclear débil no actuaba del mismo modo en particulas y en antiparticulas, o sea que si existiese un anti-mundo formado por antiparticulas, éste se comportaría en forma totalmente diferente al nuestro. Comprobaron asimismo que si se alineaban núcleos de átomos radiactivos en un campo magnético, de tal modo que todos giraran en un sentido y enseguida en sentido inverso, se liberaban más electrones en un sentido que en el otro, lo que indicaria que si existiera un mundo que fuese la imagen fiel, pero invertida del nuestro, ese mundo evolucionaria de manera diferente. De este modo la Simetría P tambien se convirtió en un mito. En cuanto a la Simetría T los fisicos norteamericanos Cronin y Fitch descubrieron experimentalmente en 1964 que si se reemplazaban las particulas por anti-particulas y se tomaba su imagen especular sin invertir la direccion del tiempo, ciertas particulas productos de la desintegración del protón no se comportaban igual, deduciendo de ello que si se invirtiera la dirección del tiempo, la leyes de la fisica serian otras.

Esta carencia de simetría ha hecho pensar que la estabilidad de las leyes cientificas es sólo el resultado de la acumulación estadistica de las actuaciones habituales (o en un solo sentido), de las acciones libres de las pequeñas unidades energéticas que componen la materia; unidades obedientes a principios ilógicos para el sentido común, pero que paradojalmente saben mantener la armonia de los pequeños y los grandes conjuntos, y que por no haber sido todavia descubiertos, sumergen a la Ciencia de la certidumbre en la mas inquietante incertidumbre.

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