lunes, 21 de junio de 2010

06 LA ENFERMEDAD DEL TEMOR






Fue la Revolucion Industrial la que trajo al mundo el CAPITALISMO como una nueva religión, con sus dioses, sus profetas, sus doctrinas, sus templos y sus libros sagrados, que privilegiando el "tener" por sobre el "ser", provocó que el miedo a la pobreza material y el infortunio hiciera presa del alma de las personas, aumentando sus preocupaciones y disminuyendo su tranquilidad. Trajo asimismo la efervescencia de la clase trabajadora y como consecuencia el COMUNISMO, que Herbert Marcuse en los años 50 calificó como Capitalismo de Estado, religión también premunida de sus profetas, credos, libros sagrados y de su "cielo": la sociedad sin clases; que introduciendo el concepto de Estado autoritario, hizo aflorar del mismo modo el temor detrás de las bambalinas.

En realidad Capitalismo y Comunisrno, fueron ambos hijos de una misma madre, la doctrina positivista para la cual la materia es la realidad última y la razón humana su único dios. El espiritu, el alma, la sensibilidad interior, asi como todo tipo de realidades imponderables, fueron consideradas irrelevantes y ajenas a la verdadera realidad; y del mismo modo como el Comunismo se aferró fanáticamente a su materialismo dialéctico; el Capitalismo lo hizo a su materialismo económico que respetando de labios afuera al Dios de sus ancestros, comenzó a adorar cada vez con mayores bríos a un nuevo dios: el dinero.

El miedo, la ansiedad y la esclavitud encubierta, inherentes a ambos sistemas, siguen siendo para la generalidad, especialrnente para los jóvenes, los mayores impedimentos para desarrollar una vida tranquila, apartada del afán emulador, la rivalidad, el exitismo y el desgaste de pasion y tiempo defendiendo privilegios injustos. Vencer ese miedo, esa ansiedad y esa esclavitud significa abrirse a la posibilidad de construir un mundo mas alegre y tranquilo, menos violento y conflictivo, habitado por seres de espiritu no mellado por ningún tipo de tiranía, ni capitalista ni comunista, más libres e indulgentes. Ese nuevo espiritu que prornueve a crear mas que a destruir, a dar mas que a recibir, a ser mas que a tener más, posibilita una felicidad y una serenidad tan poderosa que no desaparece aun en las circunstancias mas adversas. Si todos, esclareciendo nuestras mentes y sacándonos la venda de nuestros ojos que nos impide ver la verdadera realidad, tuviéramos la valentía suficiente para vivir de ese modo, no habria necesidad de hacer reformas politicas y económicas para cambiar la faz del mundo. Se desarrollaria una revolución silenciosa que haria que todo lo que habria que reformar, se reformara automáticamente sin oposición ni duda, porque seria la propia mente de cada individuo la que se habria reformado.


Si la enfermedad del temor de la sociedad actual ha de ser vencida, no basta con pregonar valentia y resignación entre quienes carecen de eficacia para defenderse, sino hallar el modo de destruir sus profundas raices del conformismo, enseñando a nacer de nuevo libres como nacimoc del vientre de nuestra madre. Nacer de nuevo significa cambiar la actual vision nebulosa e incomprensible de la vida, por una visión mas nitida y comprensible basada en una relación mas armónica con el entorno vivencial en la cual esten en permanente interaccion la ECOLOGlA NATURAL de mantencion de los equilibrios dinámicos de la Naturaleza; la ECOLOGlA SOCIAL de interacción de los cambiantes factores comunitarios en constante expansión; la ECOLOGlA HUMANA de fortalecimiento de las cadenas de solidaridad y respeto a la libertad y singularidad de cada ser humano, fundamento de la riqueza de la masa viviente; y la ECOLOGlA CIENTlFICA de integracion cognitiva de todos los factores que determinan la plenitud de la existencia y calidad de vida. Sin caer obviamente en las contradicciones y los excesos del ineficaz ecologismo politizado, denunciado por la comunidad cientifica internacional, a traves del Manifiesto de Heidelberg firrnado por 264 personalidades, entre las que se hallaban 52 Premios Nobel.

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